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miércoles, 11 de diciembre de 2024

TUTORES (Formación en Acompañamiento Respetuoso y para la Libertad)

En esta nueva edición de la "Formación en Acompañamiento Respetuoso y Crianza Consciente", ampliada, seguimos cuidando mucho las figuras de los tutores.
Los tutores son exalumnos de la formación, que siguen en trabajo personal y supervisión de su acompañamiento como padres, madres o educadores y que se prestan a ofrecer su presencia, mirada, y disponibilidad durante los talleres y entre ellos, para que tengas una figura de referencia a la que acudir en busca de referencias bibliográficas, para resolver dudas, atender a lo que pueda ir surgiendo y facilitar lo práctico durante el taller.



MARTA ROMERO

Mi nombre es Marta y tengo cuarenta y dos años.

Estoy formada en quiromasaje, osteopatía, kinesiología, fascias y regulación autonómica.

Desde mi adolescencia me enfrenté a trastornos de la alimentación y problemas de auto aceptación. En este momento empecé a sentir una necesidad profunda de encontrarle sentido a la vida, pues estaba perdida y confusa.

A los veintidós años empecé a estudiar en profundidad el funcionamiento del cuerpo humano,  con el objetivo de entender mi propia lucha interna.

 A los treinta y tres nació mi hija y esto fue un punto de inflexión en mi vida, aquí toqué fondo. No podía acompañarla de una forma respetuosa, que era lo que yo quería, sobre todo a la hora de la comida. Sentía miedo, angustia y ansiedad.

Fue una etapa muy dura para mí, tenía ataques de pánico, fuertes dolores de cabeza y me costaba mucho respirar, al mismo tiempo fue clave pues ha sido lo que me ha permitido recorrer un camino de autoconocimiento y conexión conmigo misma.

En este momento apareció Mon Gómez en mi vida, que en silencio y sólo con la mirada pudo escuchar lo que mi alma contaba, ese taller para padres, fue un antes y un después en mi vida. Comencé con sesiones individuales semanalmente y un taller presencial de un día a la semana. Hasta que decidí hacer la formación de dos años y medio, Acompañamiento respetuoso y para la libertad y esto ha sido absolutamente transformador.

Llegué siendo una niña pequeña, insegura y muy asustada, rígida de cuerpo y mente. Y me fui siendo una mujer adulta, internamente fuerte y flexible por fuera.

Esta formación me ha permitido pisar el freno e ir a una velocidad más lenta, que no necesariamente tiene que ver con el tiempo sino con la sensación de estar presente en cada momento, lo que me lleva a estar más relajada y esto me permite ver a mi hija tal y como es, sobre todo en  momentos de conflicto. He aprendido a acompañarme a mí misma para así poder acompañar lo que hay de una forma genuina.

A través de las dinámicas de la formación que son absolutamente reveladoras, he podido ordenar muchos aspectos inconscientes de mi infancia y adolescencia que condicionaban mi realidad, he podido integrarme en mí y  ahora siento más coherencia interna.

 He sido tutora de la edición on line de Acompañamiento respetuoso y para la libertad en dos ocasiones y ahora estaré acompañando a Mon en la nueva edición presencial. Estoy muy agradecida por ello.

Todo mi recorrido me ha llevado a entender la salud como la conexión profunda del cuerpo y el alma.

Mi gran pasión es acompañar a otras personas en su propio proceso de autoconocimiento y sanación.


CRISTINA CUEVAS




Hola! Mi nombre es Cristina, aunque prefiero que me llamen Cris. Soy compañante, amante de la naturaleza y emprendedora.  

Desde pequeña me sentí un bicho raro, vivía, percibía y sentía todo con muchísima intensidad. Además de juzgarlo como algo malo, no encontraba la forma de expresarlo y se me iba quedando todo atascado dentro. Desde los 12 hasta los 21 años estuve con anorexia nerviosa, y cada vez más encerrada en mí, el último año llegué a pesar 33kg y mi corazón me dio un aviso de que hasta ahí llegaba. Aunque durante mi etapa con el TCA deseaba que en algún momento mi corazón dejara de latir, (incluso con algún que otro amago buscado), en ese momento de "ultimátum" de mi cuerpo sentí que en el fondo de mí no era tan así. Ahí empecé a comer compulsivamente y pasé (y pesé) en muy poquito tiempo de un extremo a otro. 

Los 33kg fueron un punto de inflexión para mí, un poco como ahora que tengo 33 años y me encuentro en pleno proceso de transformación y renacimiento personal y por ende también profesionalmente. El número 3 tiene mucha magia en mi vida 💫 

Desde pequeña me ha resultado muy difícil entender el mecanismo de las relaciones sociales y también practicarlo; a excepción de los animales y l@s niñ@s, con ell@s conecto de una forma bastante rápida y natural, como si habláramos el mismo idioma incluso sin la necesidad de hablar. 

Durante prácticamente todo mi proceso vital de una forma u otra he estado muy vinculada a la infancia, acompañándola como mejor iba sabiendo cada vez. Y justo cuando decidí terminar mi etapa en la escuela "tradicional" en la que trabajaba para abrir mi propio espacio de acompañamiento respetuoso apareció Mon. Recuerdo que varias compañeras y personas que iba conociendo por aquel entonces la nombraban mucho y un 29 de junio de 2020 me puse en contacto por primera vez con ella para hacer la formación "pequeña" de un miércoles al mes. El primer taller recuerdo que fue un 7 de octubre de 2020, porque justo fue un mes después de independizarme en mi propia casa por primera vez. Ese primer año para mí fue como un boom. Descubrir que había otras formas, con respeto adulto también!,  para mí fue algo "estronador". Me sentí como una bebé en un país nuevo en el que casi que mi cerebro solo atinaba a observar y flipar con lo que pasaba. Más que a nivel de conocimientos, era a nivel de acompañamiento, una palabra que desde entonces amo y cada taller me ayuda a llenar. Fue como llegar a un sitio al que siempre había querido ir, sin saber que realmente existía. Y estaba aquí, al lado de casa. Estaba siendo tan revelador para mí lo que en ese patio pasaba cada miércoles alrededor de la fuente, que repetí de nuevo otro año más. Esta vez, acudía también a la formación como alumna una persona muy especial para mí. Y aunque el foco principal seguía siendo la formación, ese año se despertó en mí las ganas y la necesidad de relación con iguales en el plano de la amistad. 

Después de muchas vueltas de cabeza, indecisión y alguna que otra tutoría con Mon llena de miedos y preguntas, después de dos años en la formación pequeña, me animé a apuntarme a la formación grande de dos años de "Acompañamiento respetuoso y para la libertad" y es de las mejores decisiones que he podido tomar. 

Durante los dos primeros años de miércoles al taller iba una niña pequeña y casi que a los primeros findes de la formación grande también. No ha sido hasta después cuando he podido entrar por la puerta como adulta con mi niña de la mano. A veces, todavía en algunos momentos / dinámicas sigo sintiendo como la niña o la adolescente me secuestra y aunque así sea ya soy más consciente cuando eso pasa y no me peleo tanto con ella. 

 El hecho de tener un compromiso adquirido de asistir un fin de semana al mes, las dinámicas y actividades propuestas, el compartir de todas y cada una de las compañeras, el acompañamiento de Mon, las rondas, a veces incluso solo el simple hecho de estar ahí en un ambiente tranquilo y el ¿cómo hacemos?; Ha sido lo que en gran parte ha facilitado ese crecimiento del que hablo. 

Haber tenido la oportunidad de haber vivido este tipo de acompañamiento respetuoso en primera persona ha sido un regalo y precisamente eso ha sido lo que me ha permitido integrar conceptos. Lo que ha hecho que yo misma pueda acompañarme de manera amorosa y lo que ha mejorado muchísimo el acompañamiento y/o la versión de Cris que ofrezco a otr@s. Ya que en este último año de formación ha sido cuando he podido establecer infinitas conexiones con todos los aprendizajes anteriores y nuevos a nivel interno y externo.

 En todo este tiempo he sentido como si lo que comentaba al principio de que se me iba quedando todo atascando dentro, ha ido encontrando su propia forma de salir, desenredándose de a poquitos en cada taller. Evidentemente todavía quedan algunos ovillitos importantes dentro por desenredar y es algo que siento como normal en cualquier proceso vital, sino fuera así creo ya no estaría viviendo esta experiencia humana aquí jeje. 

Vivir este cambio interno de crecimiento personal tan potente, profundo y trascendental me ha llevado a querer poner energía a favor de acompañar a otras personas en sus propios procesos vitales. Amo acompañar y acompañarme. 

En resumen, si miro atrás de estos cuatro años de formación con Mon, veo a una Cris que llegó muerta de miedo y a una Cris que está saliendo del cascarón viva de amor. 

 

Esta es mi primera vez como tutora y me siento con muchísimas ganas e ilusión de compartir junt@s esta aventura. Infinitamente agradecida, con amor.  

VIRGINIA 



Soy Virginia González y tengo 49 años. Soy maestra especialista en Pedagogía Terapèutica, Profesora de Autoescuela, tengo formación como Guía Montessori, soy profesora de Yoga y Meditación por la Alliance Yoga y recientemente de Yoga Nidra. Soy una persona de las actualmente califican como Persona Altamente Sensible, por lo que relacionarme con el mundo no ha sido fácil. Desde muy jovencita he tratado de buscarle sentido a mi vida, criada en el seno de una familia católica, rodeada de parientes ligados a la iglesia, sacristanes, curas, monjas, crecí creyendo que era en la iglesia donde encontraría mi camino, sin embargo cuanto más me integraba en ella, mayor era el desencanto. Mis padres se separaron a mis 17 años, y aquello marcó mucho mis relaciones con los hombres, ya que empecé a buscar un padre protector en ellas. Tras varias relaciones tóxicas decidí que ser madre me ayudaría a encontrar mi lugar en el mundo y lejos de eso, me llevó a transitar un camino de culpa y dolor que me conducían a una insatisfacción constante, una inmensa tristeza. Me separé del padre de mi hija y retomé la búsqueda de respuestas de porqué yo no era feliz y porque mi hija tampoco lo era. Hice un Programa de Inteligencia y Desarrollo Emocional y éste fue el principio de mi trabajo personal. Cuando acabé aquel programa sabía que aquello solo me había dado unas pinceladas y que tendría que seguir en mi trabajo personal, y así comencé con el Yoga y la Meditación. Pero mi vida no mejoraba y la de mi hija tampoco, ya por entonces con otra pareja y otro hijo , desbordada por mi vida que estaba del revés, varias depresiones intercaladas con un ritmo frenético en el trabajo para evitar tocar con mi dolor. Y en este estado llegó Mon a mi vida. Comencé con ella el taller de “Acompañamiento Respetuoso y Crianza Consciente”, en su grupo de los miércoles, con algunas sesiones individuales. Y aunque ya pude vislumbrar cosas, era como si no fuese capaz de interiorizarlas, y mi relación con mi hija se deterioraba por días. Fue entonces cuando preocupada por su salud mental y el estado en el que yo me encontraba, que decidí embarcarme en este taller de dos años de formación en “ Acompañamiento Respetuoso y para la Libertad. Crianza Consciente”, acompañado también de sesiones individuales. Esta formación me ha permitido tomar conciencia de mi misma, del punto de mi vida en el que me encuentro. Me ha permitido mirar al pasado, tocarlo y sanar sus heridas, para vivir en un presente mas consciente, en el que yo tomo las decisiones a favor de mi vida y por ende a las de mis hijos. Las revelaciones que he tenido han sido regalos para mi vida y la de las personas que me rodean, poco a poco las cosas se han ido colocando como las piezas de un puzle. Ha sido una formación en la que nos hemos nutrido los unos de otros y aunque a veces parece que te rompes, siempre está Mon para cuidarte y protegerte. Ha sido hermoso ver como cada compañera ha ido creciendo en su proceso, ver la evolución y el crecimiento en cada una de ellas, por eso ahora quiero ser tutora en esta nueva edición, y vivir el proceso desde otra perspectiva, y poder acompañar a los nuevos compañeros en su proceso de transformación y crecimiento, para seguir aprendiendo y creciendo juntos como parte de un todo. Es un regalo que me da la vida para poder seguir en este camino, que cuando transitas, ya no tiene vuelta atrás.

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