Espacio para la vida
Juanjo y yo educamos a
nuestros hijos durante su infancia siguiéndolos, atendiendo a sus intereses y facilitando
ambientes, esta práctica que se da en llamar unschooling, a mí me gusta nombrarla como “aprender viviendo o vivir
aprendiendo” porque más allá de la referencia a la escuela, o a la negación de
la escuela, es una ampliación de posibilidades, un ir más allá de cuatro
paredes, de unos libros, de ciertas relaciones con iguales, ir más allá, ir
hacia la vida. Cuando tomé esta decisión con mi exmarido me venía el sintagma
“espacio para la vida” y es que falta de esto en nuestra cotidianidad o, al
menos, en la de muchos: levantarse, trabajar, almorzar, trabajar o algún
hobby, ratito con peques, tele, dormir. No hay camino nuevo cada día.
Hace unos años viajamos
largamente por el mundo, varios meses, con cierto plan que íbamos cambiando a
medida que nuestras necesidades variaban. Conocimos culturas diversas,
alrededor del globo, y se generaron otros lugares en nosotros. Una de las
delicias era levantarse y decidir qué hacer, a dónde ir, cuánto tiempo
quedarnos, irnos pronto si no nos gustaba. Elegir el tiempo de contacto y dónde
y con quién. Al regresar hablábamos del anhelo de que nuestra vida fuese así,
con espíritu de viaje. Resultaba algo vital. Y al nacer en mí la madre, pude constatar en mis hijos esa mirada de viaje con la que llegan a este mundo y quiero
protegerla.
Por nuestra organización
social y laboral, incluso escolar, es difícil: está determinado con quién y
cuándo voy a contactar durante el día, en un alto porcentaje. Incluso más o
menos cuánto tiempo. Yo, antes de iniciar esta nueva opción de vida, era
profesora en un instituto de secundaria y bachillerato, iba a ver a mis compañeros
cada día, compartía con ellos y con los alumnos/as, contactaba con el de la cafetería. Estaba contenta y no paraba.
Si paraba mucho tiempo dejaba de estarlo tanto. No tomaba muchas decisiones
aunque vivía bajo la percepción errónea de que sí lo hacía: decidía cómo
enfocar este tema en la clase y ser innovadora en mis propuestas al centro y en el aula, sin pasarme por aquí ni por allá, en un marco
bien reducido del que no tenía tanta conciencia como hoy; decidía si quería café o té; decidía dónde aparcar...
Tomar decisiones es la base
del desarrollo. Cuando los niños están en la escuela van a contactar con este u
otro profesor, con estos niños compañeros, incluso si este no le gusta mucho “vamos
a ponerlo al lado para que contacte”, y no hay libertad en la relación. Está predeterminada. Así que los
niños apenas toman decisiones sobre lo suyo, es decir, no se produce desarrollo
autónomo, y lo más sorprendente pasa cuando al llegar a secundaria les pedimos
que utilicen su pensamiento crítico tras segarlo día tras día en el proceso
previo y … nos decepcionamos cuando no sucede… ¡Ohhh, esto es violento!
Y esto
es lo que hemos vivido muchos de los adultos de nuestra generación que ahora
queremos ser padres disponibles y amorosos, y nos toca tomar decisiones que
cambian la raíz del acompañamiento que nos han dado a nosotros.
Como adulta cuando me he
decidido a empezar a tomar decisiones conectada con lo mío, he empezado a
contactar con que el suelo bajo mis pies no es tan estable, ha empezado un
proceso duro y maravilloso de reconstrucción y unos cuantos terremotos. Bajo mi
piel, una niña de unos seis u ocho años sigue creciendo, aprendiendo con cuerpo
de cuarenta y dos, porque entonces no pudo decidir y ahora, a veces, tiene
miedo. Y aún con miedo, no hay otra manera de aprender a tomar decisiones que
tomándolas. Por esta constatación es tan
importante para mí que mis hijos vayan viviendo este proceso a la edad que les
vaya correspondiendo. Pues las consecuencias de sus decisiones serán de un
calado diferente a las de la adultez.
Que un niño pueda tener a menudo la oportunidad de decidir qué hacer, a dónde ir, cuánto tiempo quedarse
o si irse pronto si no le gusta, es un aprendizaje vital. Es una respiración
entre el ritmo social e individual y de elección de vínculos.
Y si no tiene chance de tomar decisiones durante el tiempo escolar, como padres y madres podemos enfocar su libertad
durante el resto de la jornada: ofreciéndoles
espacios preparados y relajados, en contacto con nosotros u otras familias
afines que permitan el vínculo seguro y den el espacio necesario para que las
niñas elijan lo que deseen hacer con su tiempo. Lo que quieran, sin juicio.
Esta realidad les ayudará a vivir de
adultos una vida libre, donde elijan, con quién, sabiendo para qué van a utilizar su
tiempo, su ser, su energía… desde dentro, a qué quieren dedicar su vida, qué
han venido a hacer a este mundo.
Una de las sensaciones más
hermosas de nuestro viaje fue esa libertad
y la vitalidad y color que proporcionaba nuestra mirada nueva al mundo. Los
niños vienen así, nacen así, con esta cualidad vital, permitamos que la sigan
disfrutando mucho tiempo. El "todo es posible" como base de su capacidad y sus
posibilidades de desarrollo bajo la mirada del amor, desde la aceptación de su legítimo ser, sentir, percibir, hacer y estar y de cada hálito de vida que van compartiendo con nosotros.
En nuestros grupos de formación hemos creado un ambiente preparado y relajado para que las familias puedan acompañar desde el respeto y la libertad y puedan entrenar esa parte de sí mismas para llevársela a casa después, y seguir en sus casas acompañando desde la libertad. Con la intención no es suficiente en ocasiones y es útil el apoyo del grupo, el ambiente preparado donde el proceso es lo que reina, el estar, para vivir con mayor calidad la relación y el vínculo filial.
Mon Gómez
Acompañamiento a los hijos en ambiente preparado
Consultas individuales y formación a colectivos
en acompañamiento consciente a los hijos/as y
crianza respetuosa con sus procesos de vida
Consultas individuales y formación a colectivos
en acompañamiento consciente a los hijos/as y
crianza respetuosa con sus procesos de vida
Teléfono: 682828378
Pulsando en este icono puedes suscribirte al blog y recibir las entradas directamente por correo electrónico.
Pulsando en este icono puedes suscribirte al blog y recibir las entradas directamente por correo electrónico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario